martes, noviembre 18, 2008

EL PANDILLAJE


El pandillaje es uno de los problemas que más aqueja a la sociedad en la actualidad. Niños y niñas se preguntarán: “¿Qué son las pandillas?” Yo tengo la respuesta: Una pandilla es una agrupación de adolescentes y jóvenes que se enfrentan a problemas comunes y comparten los mismos intereses. Con el tiempo, estos grupos son sinónimos de violencia, robo e inseguridad ciudadana.
Cada día vemos a las pandillas crecer y crecer. En este problema, la familia y la escuela tienen un papel importante, ya que los principios y valores de la persona se aprenden y practican en estas instituciones, aconsejando y orientando a los adolescentes para contribuir al buen camino de estos.
Los integrantes de una pandilla proceden de hogares en crisis o destruidos, de padres separados total o parcialmente, donde sus necesidades materiales o afectivas no son atendidas para un adecuado desarrollo personal. Tienen baja autoestima y una mala formación en valores y habilidades sociales. Estos jóvenes tienen carencia afectiva dentro del hogar, por lo cual se identifican con las pandillas, en las que encuentran cohesión, el “respeto”, trato igualitario, participación y apoyo. Expresan actitudes y conductas violentas, expresión de rebeldía basados en sus frustraciones personales y familiares.
Estos grupos de gente joven y adulta se caracterizan por tener un nombre característico, un líder y señas que los identifican, afectando día a día a mucha gente con sus actos de violencia.
Cuáles son las causas del incremento del pandillaje juvenil?. Es un problema muy complejo y muchas son, sus causas.
El desempleo, la falta de vivienda con servicios básicos, la mala economía, la tugurización y la violencia cotidiana son sus principales características.
Además provienen de familias donde no hay comunicación entre sus miembros, otros, de donde la vida familiar es muy conflictiva; lo que los obliga a buscar afecto, compañía, quién los escuche, con quién conversar fuera del hogar.


Los jóvenes que integran las pandillas juveniles son producto de una sociedad que disfruta consumiendo violencia. Reímos a carcajadas, por ejemplo: cuando alguien se tropieza y cae al piso, o cuando doña Florinda le pega a don Ramón, o cuando representan en un sketch a un gay, un down, o una persona del ande. Situaciones y escenas aparentemente pacíficas pero que inconscientemente traen consigo violencia.


Agreguemos además, que la televisión nos proporciona programas que denigran al ser humano, como los tal show; dibujos animados que envenenan la mente de nuestros niños como Dragon Boll Z, Pokémon, etc. y sin mencionar las películas y series donde su principal atractivo son las escenas violentas que tienen gran aceptación en el público..

Es así, que los niños y niñas se hacen hombres y mujeres en un medio de violencia cotidiana, corrupción en casi todos los niveles, falta de valores y un sistema económico paupérrimo que nos hace mirar al mundo moderno mostrándonos cosas que son difícil de adquirir, y que los jóvenes organizados en pandillas buscan maneras ilegales de obtener.
Dentro de esta coyuntura: donde el sistema económico es agobiante, hay conflictos familiares, la televisión nos proporciona programas que nos convierten en consumidores de violencia, la agresividad de la vida cotidiana; alimentadas además, por la necesidad de un espacio para el protagonismo y reconocimiento social; sirven como basa para que los jóvenes se organicen informalmente en las llamadas “pandillas juveniles “.

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